Salir a cualquier evento y que te rocen los zapatos nuevos (o viejos) es olvidarse de pasar un rato agradable allá donde estemos. Y es que acabar con una rozadura en la piel, que empieza siendo simplemente una rojez para acabar convirtiéndose en una ampolla, arruina la noche de cualquiera, el maratón o incluso el Camino de Santiago de los peregrinos.
Si hay algo que recuerdo de la adolescencia es acabar en plena noche de fiesta en una farmacia comprando tiritas para soportar los zapatos. Y es que no sé porqué pero hace unos años, los zapatos en verano me traían más de un quebradero de cabeza.
Recuerdo unos botines, especialmente, ¡qué bonitos eran! ¡ay! ¡y qué insoportables! Hasta llegué a ponerle las tiritas en el talón del botín para ver si así solucionaba algo pero... ¡nada! las ampollas aparecían cada vez que me los ponía, así que, con mucho pesar de mi corazón tuve que dejar de usarlos :(
¿Cómo podemos evitar que nos salgan las ampollas?
En primer lugar es aconsejable pasar del zapato cerrado de invierno al de verano progresivamente. Es decir, poniendo una media fina antes del piel descalzo. Los corredores incluso utilizan dos pares de calcetines (el que está en contacto con la piel con las costuras para fuera) o calcetines especiales que reducen el riesgo de ampollas.
Pero como no es plan de poner dos pares de calcetines con nuestras sandalias favoritas, os voy a dar otra solución y os voy a contar cómo ha sido mi experiencia. Se trata del Spray Anti-rozaduras Feet Up Advanced de Oriflame (Cód. 31681) que "protege los pies de las rozaduras y ampollas gracias a su acción anti-fricción. Deja un velo invisible, no pegajoso que protege la piel del zapato. Con Complejo Intensive Care y Tecnología PRO-SHIELD con Cashmere y agentes suavizantes. Dermatológicamente testado".
En cuanto lo vi se convirtió en mi "wish" del catálogo y de ahí pasó a encabezar mi lista de imprescindibles, mi must have.
Lo probé el día que estrené unas bailarinas negras glitter que me compré en las rebajas. Aunque en el momento que las probé no tuve indicios de que me fueran a hacer daño no me fiaba así que decidí probarlas antes y sobre todo, no perder de vista el spray recién descubierto.
El día "D" fue bajar de casa al coche y presentir que el zapato me iba a dar la tarde pues en tan pequeña distancia ya notaba molestias y la piel se había enrojecido. ¡Genial! ¡Empezamos bien! En el coche aproveché para echarme el spray. Os aconsejo echarlo en un sitio más abierto porque tuve que abrir las ventanillas para que se fueran los restos del spray. Cof, cof. Y es que, a veces, una es un poco bruta.
Os puedo decir que pasé una tarde sin acordarme de los zapatos ya que en ningún momento me volvieron a molestar :)
Seguro que estaréis pensando cómo queda sobre la piel. Lo podéis ver en la foto de abajo pero deciros que el producto pasa totalmente inadvertido, como una película con un poco de brillo. Al tacto, como si fuera un sérum del pelo pero bastante más ligero.
El envase es de 100 ml (11 € - 6,95€ (en oferta) aunque por el momento no sé cuantos usos dura (llevo 3).
¿Qué podemos hacer cuando ya nos ha rozado el zapato e incluso tenemos una ampolla?
Siempre debemos de proteger la zona para evitar daños mayores y que la ampolla se desgarre porque nos quedaría la piel en carne viva y eso sí que duele. Para ello podemos recurrir a las tradicionales tiritas pero son mucho más efectivos los apósitos de Compeed pensados precisamente para estas heridas y que eliminan el dolor al instante. Cuanto antes los apliquemos, antes lograremos que la herida cure e incluso evitaremos que se forme una ampolla cuando ya tenemos la sensación de quemazón y dolor.
Si ya nos ha aparecido la ampolla debemos evitar explotarla pues nuestra piel quedaría sin protección y expuesta a posibles infecciones. Sin embargo, a veces, cuando nos impide caminar y para evitar que se forme una úlcera, debemos de extraer el líquido pero nunca retirar la piel. Para ello, limpiaremos la herida con antiséptico y con una aguja esterilizada pincharemos por un lateral de la ampolla para extraer el líquido presionando poco a poco desde el lado contrario. Volveremos a aplicar un antiséptico y protegeremos la herida con un apósito.