A lo largo de la vida nos vamos a encontrar con varias ocasiones en las que tengamos que cambiar de rumbo, en las que las cosas no surjan como teníamos planeado y en las que no nos quedará más remedio que avanzar si no queremos quedarnos en un bucle sin fin, viviendo un pasado que ya no existe, sin poder disfrutar del presente ni poder tener un futuro. No siempre es fácil. Es más, generalmente, nunca es fácil.
Salir de lo que llaman zona de confort, de la rutina, da vértigo y lo sé, no a todo el mundo le gustan las alturas... Pero es algo intrínseco a la vida, vivir es lo más parecido a la montaña rusa. Sé que es fácil hablar de estas cosas cuando estás en un momento tranquilo pero aquí quien más quien menos ha pasado por momentos difíciles en los que devoraba libros de autoayuda, leía mil y un artículos en internet y parecía ver más la puerta cerrada que la ventana abierta. Que levante la mano a quién no le haya pasado. Sin embargo, cuando nos animamos a hacer cosas, cuando no nos quedarnos mirando la tele día tras día tirados en el sofá, es cuando esa ventana que no veíamos, comienza a aparecerse. Quizás sea solo una rendija, mas es suficiente para abrirla de par en par y vislumbrar un nuevo futuro.
Ese momento de salir de la zona de confort me recuerda a la frase de Martin Luther King "No hace falta ver toda la escalera, solo da el primer paso", un momento muy bien escenificado en la película de Indiana Jones (creo que era La Última Cruzada) donde el Dr. Jones sale de una cueva y se encuentra delante de sí el aire. Tiene que tener fe y dar ese primer paso en el aire para poder continuar. Lo que aplicado a nuestro día a día es tener fe en nosotros mismos y avanzar aunque no veamos todo el camino.
En el terreno laboral ocurre lo mismo. Atrás quedaron las empresas en las que entrabas de aprendiz, o recién terminada la carrera, y te jubilabas allí. No, admitámoslo, eso ya no existe ni en nuestros mejores sueños. El mundo laboral ha cambiado. La famosa crisis se ha encargado de acelerar el proceso y nosotros tenemos que adaptarnos a las nuevas reglas de juego. Buscar nuevas alternativas y no quedarnos esperando, porque no, las cosas no se van a volver a ser lo que eran.
Una crisis es un cambio y como tal debemos de tomarlo, deberemos aprender nuevas habilidades para desarrollar nuestro nuevo trabajo (no siempre, empleo. Me gusta la frase de yoriento.com "Si no tienes empleo, trabaja"). Sin embargo, a veces, nos enrededamos con la formación. Nos formamos con másters, cursos y más cursos pero nunca nos sentimos capacitados. No avanzamos. Y ¿sabes qué? que nunca estaremos lo suficientemente formados para lograr lo que queremos. Nunca. Sí, lo sé, es duro pero si a la formación no le añadimos acción nunca lograremos nuestros objetivos.
Formarse es importante, y siempre debemos de encontrar un hueco para formarnos dentro de nuestra actividad diaria, para aprender de los grandes, pero debemos actuar. (Yo aprovecho cuando estoy en la cocina para ver/escuchar vídeos interesantes ;).
¿Y por qué no nos atrevemos a dar el paso? Porque tenemos miedo.
- Miedo a no conseguir las cosas,
- miedo a lo que van a decir los demás,
- miedo a no saber enfrentarnos a las dificultades,
- miedo a que nos digan que no
- e incluso, miedo a triunfar porque creemos que no nos lo merecemos (pero sí, ¡tú vales mucho! aunque aún no lo sepas).
Ese miedo, el que no nos deja avanzar, es quien nos derrota antes de empezar y es que está claro, que si no empezamos la carrera nunca llegaremos a la meta. Podemos preparar el mejor equipo, las
mejores zapatillas y la ropa más confortable, es decir, podemos tener toda la teoría, toda la formación del mundo pero si no damos el primer paso, nunca, nunca, alcanzaremos nuestro objetivo.¿Te atreves a avanzar?
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